lunes, 10 de noviembre de 2008
EL GRÁFICO. Zona del Silencio y encuentros cercanos.
Yohanan Díaz Vargas
yohanandiaz@yahoo.com.mx
En la Zona del Silencio convergen los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango, es un área con presencia de bancos de fósiles, extensiones con gran concentración de fragmentos de aerolitos. La existencia en la región de una especie endémica de tortuga del desierto y de la abundancia de nopales violáceos de escasa distribución, sirvió de base para conferirle a esta zona características sobrenaturales: tales como que desde al entrar a esta Zona no se podía escuchar la conversación de otras personas, hasta la idea de que hay una base de aterrizaje de extraterrestres.
REPORTAR LO QUE HACIA 60 MINUTOS
Fue precisamente el 8 de noviembre de 1978 cuando el periodista e investigador del fenómeno OVNI y paranormal, Luis Ramírez Reyes, fue enviado a esta enigmática región por parte de una televisora, en su calidad de jefe de prensa, acompañado de un fotógrafo profesional para dar a conocer lo que hacia en ese sitio el equipo de trabajo de “60 minutos” de la naciente Televisa. Sin embargo, para llegar al lugar donde se realizaría la grabación, se había contratado a un guía, quien no llegó, por lo que se aventuraron en medio del desierto para alcanzar a sus compañeros; minutos después se perdieron, eran cerca de las 12 del día, “con un sol cayendo a plomo y un calor que cobraba más vida a cada minuto”, aseguró Ramírez Reyes.
El también escritor de 14 libros mencionó que “de la nada”, cuando estaban a punto de darse por vencidos mientras recorrían la zona en un auto compacto, aparecieron tres personas de las cuales su amigo no pudo ver hasta la tercera ocasión vez que éstas se aparecieron.
¿NOS RESCATARON TRES EXTRATERRESTRES?
“Una vez ante ellos, al lado del camino de terracería, recibimos la recomendación de avanzar a campo traviesa para reunirnos con el grupo. Esto lo hizo uno de los hombres de campo señalando un triángulo dibujado en el suelo. Su aspecto era normal, como todo campesino del norte. Nada indicaba algo ajeno a nuestros sentidos. Nosotros seguimos nuestro camino sorteando habilidosamente los obstáculos de plantas y piedras; y siguiendo las indicaciones de los tres hombres que dejamos atrás. Tiempo después, logramos divisar gente a lo lejos, de quienes llamamos su atención luego de subirme al toldo del automóvil y que el fotógrafo hiciera señales con las luces y el claxon del carro; con ello, finalmente un equipo de los Ángeles Verdes que custodiaba a los periodistas de 60 minutos, nos visualizaron”.
PROBLEMAS FÍSICOS
Al relatar su experiencia, los aventureros se percataron de que los conocedores de la Zona del Silencio no creían que se hubieran encontrado a alguien que les indicara cómo llegar al lugar de la grabación, pues debido a las condiciones del clima y las características de la región, no había nadie en el desierto que les hubiera dado tales señas, tras recorrer casi 90 kilómetros sin guía. Una semana después, Luis y su camarógrafo sufrieron de problemas estomacales, irritación en la piel y sueños con seres monstruosos y naves espaciales; meses más tarde, diversos investigadores, entre ellos Joseph Allen Hynek, considerado el padre de la ovnilogía, le dijeron que lo más importante era que estaban vivos.
Fuente: EL UNIVERSAL