Manuscrito Voynich |
Yohanan Díaz vargas, yohanandiaz@yahoo.com.mx
Hace poco se dio a conocer la solicitud de ayuda que lanzó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, mejor conocida como NASA, entre los científicos y la sociedad en general para que en conjunto ayuden a descifrar el “Manuscrito Voynich”, esto a través de un foro en Internet llamado "El misterioso manuscrito de Voynich". Fueron diversas notas periodísticas que se publicaron en varios medios de comunicación y que las ponemos a consideración de usted sobre este material que actualmente permanece en la colección de libros raros de la Universidad de Yale bajo el número de catálogo "MS 408" en la sección de libros raros y manuscritos, siendo considerado por NASA como un texto indescifrable, escrito posiblemente por un bromista entre 1450 y 1520 y que ha significado en los últimos cinco siglos un serio problema para los mejores lingüistas y criptógrafos de todos los tiempos, pues no han logrado comprender ni una sola de las palabras que forman las 240 páginas con vacíos en la numeración de las mismas, lo que sugiere que varias se habían extraviado.
Para evitar pérdidas posteriores en 1931 se fotocopió y se repartió dicho material entre varios investigadores interesados en su estudio e intento de traducción. En este manuscrito se puede apreciar que para su realización se utilizó pluma de ave para escribir el texto y dibujar las figuras con pintura de colores, el texto es posterior a las imágenes, ya que en numerosas ocasiones el texto aparece tocando el borde de las mismas, algo que no ocurriría si éstas hubieran sido añadidas tiempo después. El texto antiguo no tiene título, ni autor conocido y que está escrito en un lenguaje desconocido, pero lo que más ha llamado la tención de los científicos es la gran cantidad de ilustraciones de astronomía.
Sin embargo, su historia se pierde en la noche de los tiempos y lo que se ha podido rescatar es que fue adquirido por el emperador Rodolfo II (nieto de Carlos I de España) en la bohemia del siglo XVI, a quien se lo vendieron por 600 ducados de oro creyendo que era obra del filósofo medieval inglés Roger Bacon. Después fue vendido por la biblioteca del Collegio Romano, actualmente Universidad Pontificia Gregoriana y adquirido por el estudioso de libros antiguos Wilfrid M. Voynich, al morir en 1961 su viuda vendió el libro a otro marchante de libros antiguos, llamado H. P. Graus y al no encontrar un comprador donó el manuscrito a la Universidad de Yale en 1969 en donde actualmente se encuentra.
Dado que el alfabeto del manuscrito Voynich no se asemeja a ningún tipo de escritura conocida y que el texto continúa sin ser descifrado, la única evidencia práctica de la edad y origen del libro son sus ilustraciones. En especial los atuendos y peinados de las figuras humanas y algunos castillos vistos en los diagramas. Todo es característicamente europeo y, basándose en esta evidencia, la mayoría de expertos coinciden en que este material fue escrito hace 500 años.
El libro incluye dibujos de constelaciones no registradas en alguna cultura de la antigüedad, con anotaciones en una escritura no emparentada con ninguna de las lenguas conocidas. También tiene una sección de astronomía donde se pueden apreciar diagramas circulares, algunos de los cuales contienen soles, lunas y estrellas que podrían ser también símbolos astrológicos. Este manuscrito contiene 12 diagramas con símbolos conocidos para las constelaciones del zodiaco, en el que cada uno de ellos se encuentra rodeado por las figuras de 30 mujeres en miniatura desnudas. Dos de los símbolos, que representan a Acuario y Capricornio, se han extraviado. Los símbolos de Aries y Tauro, por su parte, se encuentran rodeados únicamente por 15 figuras femeninas.
Hay quienes aseguran que se trata de una broma, sin embargo, el principal argumento en contra del fraude es que, dada la compleja estructura de las palabras que aparecen en el libro, mantenerla con regularidad sería un fraude tan laborioso que sobrepasaría a cualquier impostor.