La Secretaría de Educación Pública refirió que los autores del "Coloso", Jorge Vargas y Juan Carlos Canfield, trataron de homenajear "con su obra a los cientos de miles de mexicanos anónimos, casi todos campesinos pobres, que participaron en el movimiento insurgente y que escribieron un capítulo central de la historia de México". Para lo que buscaron rostros, facciones, rasgos como ceños, miradas, patillas, mentones y bigotes que expresaran la fortaleza del carácter en un contexto histórico determinado. "El rostro del Coloso no retrata de ningún personaje en particular y no tiene una identidad específica. No tiene nombre ni apellido, refirieron los artístas".
Según sus creadores, "el Coloso representa un insurgente, uno de los tantos civiles de la Nueva España que luchó por los principios de la Independencia de México. Este hombre no es uno de los héroes hecho escultura; por el contrario, simboliza una persona común que siguió a los líderes para crear la nación mexicana".
Estas declaraciones surgen ante las severas criticas que aseguraban que se trataba del Dictador Porfirio Díaz, otros más decían que era el ex Presidente de México, Vicente Fox, entre muchos otros más.