domingo, 1 de febrero de 2009

EL GRÁFICO. Una farsa la "maldición de los faraones": Hawass.



Yohanan Díaz Vargas
yohanandiaz@yahoo.com.mx

“Cuando se cierra una tumba por miles de años y se abre, los gérmenes que se acumulan en ese tiempo nos pueden dañar, un ejemplo de ello fue cuando se encontró la tumba de la Dinastía I, la abrí un poco para que saliera el aire malo y entrara el bueno, pero tengo mucho cuidado cuando hay que hacer este tipo de trabajos, uno de esos cuidados es que si nos rasuramos, los poros de la piel quedan abiertos y expuestos para que los gérmenes entren y destruya nuestro organismo. La historia de la maldición de las momias fue creada por las películas de Hollywood y no existe tal cosa”, aseguró en entrevista en el 2003, Zahi Hawass, quien al 2009 continua al frente del Consejo Superior de Antigüedades Egipcias (CSAE).

El funcionario mencionó que “en mi carrera he visto 234 momias y he participado en la excavación y rescate de algunas de ellas, en una ocasión me encontraba trabajando a cinco metros de profundidad, estaba oscuro aunque tenía una pequeña lámpara que iluminaba el sitio, pero de repente se rompió, me puse nervioso me caí al piso desde el banco en que me encontraba, para mí fue un shock, me desmaye por unos minutos. Inmediatamente me levante para que la gente que se encontraba cerca de mí, no creyera que se había cumplido la ‘maldición’”, pero fue un hecho, dijo, “casual”.



EL INICIO DE LA LEYENDA

El 26 de noviembre de 1922 el arqueólogo Howard Carter, acompañado del mecenas de la expedición, Lord Carvanon, descubrió la entrada a la tumba de Tutankamon, en el Valle de los Reyes, cerca de la actual ciudad de Luxor en Egipto y meses después lograron acceder a la última cámara, lugar donde descansaban los restos del faraón en un contenedor mortuorio que era una mole de granito de más de tres metros de largo. Dentro encontraron otros tres sarcófagos, todos lacados en oro y ricamente incrustados con todo tipo de materiales y piedras preciosas. En el último sarcófago estaba la momia del faraón, sin embargo, los ayudantes de los trabajos en todo momento tuvieron presente un rumor que generación tras generación se mantenía vivo: El que profanara la tumba del faraón sufriría una muerte segura... las muertes misteriosas no tardaron mucho.

El primero fue Lord Carvanon a quien un mosquito le picó en la mejilla, unos días después se cortó afeitándose justo en el lugar en el que tenía la picadura. Poco después murió tras una terrible agonía. Ya para 1930 en total habían perdido la vida de forma misteriosa 21 personas y lo único común entre todos ellos eran que habían participado en el hallazgo de la tumba.



LA CONSTRUCCIÓN DE LAS PIRÁMIDES

Al cuestionar a Hawass sobre la trascendencia de la construcción de las pirámides y sus posibles arquitectos, nos refirió que no fueron extraterrestres, ni civilizaciones desaparecidas como tanto se menciona, sino que fue un proyecto nacional de los antiguos egipcios, “era lo más importante de sus vidas y todo el país cooperaba para ayudar al Rey a construir las pirámides ya que esta era la forma en que ellos se convertían en dioses, representaba su poder y dignidad y era un aspecto religioso muy importante de ese pueblo. La evidencia que nosotros tenemos es que tampoco fueron construidas por esclavos, sino cien por cien fueron egipcios ya que localizamos cerca de las pirámides las tumbas de los trabajadores que también se prepararon para la eternidad al igual que los reyes y las reinas”. Por último, Zahi Hawass, afirmó que “la gente tiene que aprender del pasado, preservarlo, cooperar en su restauración y conservación”.

Fuente: EL UNIVERSAL Gráfico
Fotos: Punto Cero y www.flickr.com

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