lunes, 10 de enero de 2011

EL GRÁFICO. COLUMNA "ENIGMAS". Santa Muerte, la Virgen de los Olvidados. (INCLUYE VIDEO)

Yohanan Díaz Vargas, yohanandiaz@yahoo.com.mx 
 
El año inició con una noticia impactante para los seguidores de la Santa Muerte, ya que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal detuvo al líder y obispo del Santuario Nacional del Ángel de la Santa Muerte, David Romo Guillén, como presunto partícipe en un grupo de secuestradores que se hacían pasar como Zetas. 

Una noticia que cimbró a los seguidores de este culto, el tercero más importante en la República Mexicana, y que provocó el pronunciamiento de varios de sus custodios y madrinas quienes aseguraron que, si Romo había delinquido debía pagar. Debemos recordar que este culto, que Romo Guillén trató de hacerlo de manera oficial desde la Iglesia Católica Tradicional Mexicana-Estadounidense, fue prohibido por la Secretaría de Gobernación en 2005, debido a que su adoración desviaba gravemente los fines establecidos en los estatutos de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México. No obstante, algunas voces dijeron que tal disposición se debía a que se podrían propagar masivamente conductas criminales con fines supuestamente religiosos, tal como sucedió en 2007, cuando a esta figura se le dieron como tributo varias ejecuciones atribuidas al narcotráfico, por lo que Romo expulsó a La Niña Blanca de su iglesia.

El autor del libro La Santa Muerte, la virgen de los olvidados, José Gil Olmos nos mencionó que “ya sin la figura original de la Muerte como objeto de adoración, Romo creó el Ángel de la Santa Muerte, una figura inspirada en su esposa”. No debemos dejar de lado que, como nos dijo el escritor, se “vio en este culto un negocio, de hecho, intentó crear la catedral de la Santa Muerte, pidió donativos a sus fieles, y nunca se supo dónde quedó ese dinero”.

Por su parte, los fieles de la Santísima Muerte como también la conocen, en su mayoría son considerados delincuentes como narcotraficantes y asaltantes, aunque también se cuenta entre sus devotos a personas que se dedican al comercio informal, ambulantaje o piratería, sin dejar de lado a los políticos, militares, policías y bomberos, entre muchos otros que, si bien no tienen nada qué ver con la delincuencia organizada, también son creyentes tanto de vírgenes, como de santos católicos. “Se habla de entre 5 y 8 millones de seguidores en el país. Los investigadores aseguran que como 'culto popular' no necesita el reconocimiento de la Iglesia Católica, ni siquiera de la Segob por que es un culto que nace y se reproduce en el pueblo”, asentó el periodista.
 
ROMO AFECTÓ SU CULTO
 
El también reportero Gil Olmos nos aseguró que los seguidores de la Santa Muerte “le piden una cosa que parece increíble y paradójica, lo que el Estado Mexicano debe de otorgar como un derecho y no tenemos, esto es seguridad, empleo, salud, bienestar social, o sea, todo lo que el gobierno debería de otorgarnos. Ante estos vacíos de poder, la Santa Muerte, una imagen que fue perseguida y satanizada, resulta que a finales del siglo XX y a principios del XXI es una santa” y se ha convertido en tan sólo un siglo en la virgen de los olvidados. 

Con este escándalo se calificará a los devotos de la Santa Muerte como delincuentes en general, aunque debemos ser realistas para saber que esta imagen tiene dentro de la sociedad mexicana un nicho bien establecido, aunque en contraparte, nunca se ha sido visto David Romo Guillén como un verdadero jerarca, sino simplemente como “el tipo que salía en la televisión hablando de la flaquita”, aseguró una creyente en el Santuario de la Santa Muerte en Tultitlán, estado de México
Desde luego, las críticas son muy fuertes dentro de la Iglesia Católica que han aprovechado la ocasión para descalificar este culto, aunque como nos confió Gil Olmos “el cien por ciento de los devotos de la Santa Muerte son católicos que creen en Dios, en la Virgen María y rezan el Padre nuestro”, y muchos de ellos también van todos los domingos a misa. 


 
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